El estudio estima que hay una probabilidad de una entre ocho de que ocurra una tormenta solar extrema antes de 2030
Un reciente estudio publicado en la conferencia internacional de comunicaciones SIGCOMM 2021 advierte sobre los riesgos que podría causar una gran tormenta solar que golpeará la Tierra y podría dejarnos sin Internet por varios meses pues se estima que afectaría la infraestructura global de telecomunicaciones.
Las tormentas solares son eventos en los que el Sol libera enormes cantidades de energía y partículas cargadas que viajan por el espacio a gran velocidad. Cuando estas partículas llegan a la Tierra, interactúan con el campo magnético terrestre y producen efectos conocidos como perturbaciones geomagnéticas. Estas pueden causar interferencias en los sistemas eléctricos, de navegación y de comunicación, así como daños en los satélites y las redes de fibra óptica.
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La tormenta solar podría dejar sin Internet a América del Norte durante meses
Según el estudio, liderado por la profesora Sangeetha Abdu Jyothi de la Universidad de California, Irvine, una tormenta solar extrema podría tener consecuencias catastróficas para el funcionamiento del Internet, especialmente en los cables submarinos que conectan los continentes.
Estos cables contienen repetidores electrónicos cada pocos kilómetros que amplifican la señal óptica y que son vulnerables a las corrientes inducidas por las perturbaciones geomagnéticas. Si estos repetidores se dañaran o se desconectaran por una tormenta solar, se interrumpiría el flujo de información entre regiones enteras del mundo.
El estudio estima que hay una probabilidad de una entre ocho de que ocurra una tormenta solar extrema antes de 2030 y que esta podría dejar sin Internet a América del Norte durante meses. Esto tendría un impacto enorme en la economía, la educación, la salud, la seguridad y la sociedad en general. Además, el estudio señala que no hay un protocolo establecido para prevenir o mitigar este tipo de escenarios y que se requiere una mayor conciencia y cooperación entre los actores involucrados en el sector de las telecomunicaciones.
La última vez que se registró una tormenta solar de gran magnitud fue en 1859, conocida como el evento Carrington. En aquella época, el único sistema de comunicación afectado fue el telégrafo, pero hoy en día dependemos mucho más de la tecnología y estamos más expuestos a los efectos de las tormentas solares.
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