Al final recibió una carta de Meta reclamándole el dinero que le habían pagado por error.
¿Te imaginas cobrar un sueldo de 10 mil dólares al mes sin tener que hacer nada? Pues eso es lo que le pasó a una extrabajadora de Meta, la empresa matriz de Facebook, que ha decidido contar su historia en este blog. Su nombre es Laura y trabajó como ingeniera de software en Meta durante tres años, hasta que decidió renunciar por motivos personales. Pero lo que no esperaba es que siguiera recibiendo su nómina durante más de un año después de dejar la empresa.
Laura dice que al principio pensó que se trataba de un error y que intentó contactar con el departamento de recursos humanos de Meta para devolver el dinero. Sin embargo, nunca obtuvo respuesta y los pagos seguían llegando a su cuenta bancaria cada mes. "Me sentía culpable y confundida. No sabía qué hacer con tanto dinero que no me correspondía", cuenta Laura.
Ella dice que intentó buscar otro trabajo, pero que no encontraba nada que le interesara o que se ajustara a sus habilidades. Además, confiesa que se acostumbró a vivir sin trabajar y a disfrutar de su tiempo libre. "Viajé por el mundo, aprendí nuevos idiomas, hice cursos online, me apunté al gimnasio... Era como estar jubilada a los 30 años", relata Laura.
Meta finalmente le pidió el dinero de vuelta
Pero todo tiene un final y el de Laura llegó hace unos meses, cuando recibió una carta de Meta reclamándole el dinero que le habían pagado por error. Según la empresa, se trató de un fallo informático que afectó a varios empleados que habían dejado la compañía y que no habían sido dados de baja correctamente en el sistema. Meta le exigía a Laura que devolviera los 120 mil dólares que había cobrado indebidamente o se enfrentaría a acciones legales.
Laura dice que se quedó en shock y que no sabía cómo iba a pagar esa cantidad. Ella asegura que había gastado casi todo el dinero en sus viajes y caprichos y que solo tenía unos pocos miles ahorrados.
"Fue un golpe muy duro. Me sentí estafada y traicionada por Meta. Ellos fueron los responsables del error y ahora me lo querían cobrar a mí", dice Laura.
Ella dice que contrató a un abogado para defenderse y negociar con la empresa. Su argumento era que ella había actuado de buena fe y había intentado devolver el dinero cuando se dio cuenta del error, pero nadie le hizo caso. Además, ella dice que no tenía forma de saber si los pagos eran legítimos o no, ya que nunca recibió ninguna comunicación oficial de Meta sobre su situación laboral.
Finalmente, Laura logró llegar a un acuerdo con la empresa para devolver solo una parte del dinero en cómodos plazos mensuales. Ella dice que está aliviada pero también decepcionada con Meta y con el mundo laboral en general.
"Creo que esta experiencia me ha cambiado la forma de ver las cosas. Ya no confío en las grandes corporaciones ni en sus promesas vacías. Ahora prefiero trabajar por mi cuenta o para proyectos más pequeños y éticos", opinó.